sábado, 12 de septiembre de 2015

republica liberal

LA REPUBLICA LIBERAL1930 - 1946
 

A.  LAS NUEVAS FUNCIONES DEL ESTADO
 

El Estado en Colombia había evolucionado hacia la forma unitaria y centralista
a partir de la constitución de 1886 y dado pasos de avance con la reforma
constitucional de 1910; no obstante ello, carecía de los instrumentos suficientes
para extender su acción a los distintos planos de la vida nacional y adecuarse
a las nuevas situaciones derivadas del desarrollo de la economía y de la aparición
de nuevos grupos sociales.


En este sentido el Estado había realizado algunos intentos por crear organismos
estatales a través de los cuales el Estado ejerciera control sobre diversas
actividades vitales para el país. Esto se cumplió de manera relativa, por ejemplo,
durante la administración del presidente Pedro Nel Ospina (1922 - 1926), a
través de la misión Kemmerer. Bajo su orientación fue creado el banco estatal,
con facultad de emisión de moneda, en la línea del intervencionismo económico.

A pesar de tales intentos por desarrollar un Estado independiente y capaz de
proyectarse en su acción en los diversos niveles de la vida nacional, el hecho
es que su acción tenía límites internos y externos. Esto puede verse, por ejemplo,
en la autonomía con que contaban los municipios, los que podían contratar
empréstitos internacionales sin la intervención de la autoridad central. En lo
externo, en la medida del incremento cada, vez mayor del poderío de los Estados
Unidos, se puede ver el papel del Estado, de intermediario, en lo que toca a las
relaciones entre el sector externo y los grupos nacionales del poder económico.
Esta situación se manifestó agudamente en la crisis de 1928, que enfrentó a los
trabajadores del banano y a la United Fruit Co., conflicto en el cual el Estado
jugó un papel subordinado a los intereses extranjeros. Al llegar al poder en los
años treinta, el liberalismo va a ensayar la modificación de estas relaciones,
tanto en lo interno como en lo externo, pero sin alterar en lo sustancial las
relaciones de dependencia con los Estados Unidos.
 

B. DEL GOBIERNO DE OLAYA HERRERA A LA "REVOLUCIÓN EN MARCHA"
 

Ya se han señalado algunos elementos que provocaron la crisis política del
conservatismo y su caída del poder en 1930, con la división del partido
conservador en dos candidatos a la presidencia, y el ascenso del liberalismo
en el mismo año.

Se podría decir que la administración Olaya Herrera fue el momento de transición
que, una vez agotado, condujo a una experiencia más radical: la experiencia
política de la "revolución en marcha", como se ha conocido popularmente la
primera administración del presidente Alfonso López, iniciada en 1934. Desde el
punto de vista político el gobierno de Olaya no representó una ruptura con el
modelo consagrado por la hegemonía conservadora que finaliza en los treinta.
Ni su actitud ante el sector exportador fue desfavorable, como tampoco su
política frente a las compañías extranjeras, que se vieron favorecidas por su
gobierno; quizás mucho más apoyadas que en la época de Marco Fidel Suárez
y su concepción de la "estrella polar", hasta el punto que en 1931 se votó una
ley que favorecía a dichas compañías con la ratificación de la concesión
Barco, que había sido anulada en 1926 y 1928.

Para caracterizar el período representado por Olaya, digamos que su gobierno
se define como un gobierno de "concertación nacional" en el que liberales y
conservadores comparten los cargos públicos, en el que las distintas tendencias
intrapartidarias coexisten sin llegar a los enfrentamientos que van a caracterizar
el período del presidente Alfonso López Pumarejo, tanto dentro del liberalismo
como entre el liberalismo y el partido conservador.


C. LA "REVOLUCIÓN EN MARCHA"


1. EL PROGRAMA AGRARIO
 

En el paquete de medidas propuestas por el liberalismo Lopista durante
la campaña presidencial, un programa central fue la cuestión de cómo
llevar a cabo reformas que desarrollaran la producción agraria en el país.
Ya antes de la caída de la hegemonía conservadora algunos pensadores
liberales se habían referido al problema del campo y de la alimentación
del creciente aumento de la población colombiana y, en particular, al
problema de las condiciones de vida del campesino dentro del contexto
de la estructura de la tenencia de la tierra a que nos hemos referido en páginas
anteriores. Alejandro López, uno de los primeros escritores que intentara
analizar la realidad nacional en términos modernos, en su libro Problemas
Colombianos
, publicado en 1927, había hecho énfasis en la necesidad

gobiernos conservadores

gobiernos conservadores...


Entre 1886 y 1930 todos los presidentes representaron al partido conservador en lo que se conoció como la hegemonía conservadora.
Como oposición al gobierno de Reyes y en respuesta a los sectores más reaccionarios del partido conservador se funda el Partido Republicano el cual contaba con el apoyo de varios sectores del partido liberal, pero sus gobiernos, entre 1914 y 1922, fueron eminentemente conservadores y en 1922 el partido conservador oficial retomó el poder.
El período entre 1910 y 1930 marcó definitivamente el ingreso de Colombia al siglo XX. De la sociedad agraria y minera, agravada por guerras civiles que caracterizaron al siglo XIX, las reformas de 1910 y el surgimiento en los años 1920 de un importante sector de servicios y una clase dirigente urbana marcan la historia social de Colombia.
En 1919 se funda, junto con capital alemán, Scadta, segunda aerolínea comercial en el mundo y predecesora de la actual Avianca.
El 18 se firmo el tratado de urruteto
La Hegemonía Conservadora fue un tiempo en el que todos los Presidentes seguidos eran de partidoConservador.Esto fue enter los años 1886 a 1930.
Hubieron 9 presidentes : Rafael Núñes, Miguel Antonio Caro, Manuel Antonio Sanclemente, Rafaer Reyes,Carlos Restrepo, Jóse Vidente Concha, Marco Fiel Suarez, Pedro Nel Ospina, y Miguel Abadía Mendes.
En este tiempo ocurrieron: La Guerra de los Mil Días que fue una Guerra entre los partidos, La Asamblea Nacional Constituyente que acabo con la pena de muerte, La Pérdida de Panamá que se trato de que Estados Unidos ayudo a Panamá a independizarse,y la Masacre de las Bananeras que se trato de que hubo una huelga de unos trabajadores que al no detener la huelga, fueron masacrados.
En Colombia estaba gobernando  el presidente Manuel Antonio Sanclemente con una serie de problemas sociales y politicos, aumentados por una situación internacional desfavorable para el pais.
El presidente Sanclemente gobierna desde Tame,Villeta y Anapoima por motivos de salud,cuando en Julio de 1900 es derrocado.
La honda division conservadora entre nacionalistas e histoticos hace favorable el golpe de estado en plena guerra dando origen al gobierno ilegitimo del vicepresidente Jose Manuel Marroquín.
Es el periodo que va desde 1886 hasta 1930 donde todos los presidentes presentaron al partido conservador y es lo que se conocio sobre la hegemonia conservadora.
Los presidentes de este periodo fueron: Jose Manuel Marrquin, Rafael Reyes, Ramon Gonzales Valencia, Carlos E Retrepo, Jose Vicente Concha, Marco Fidel Suarez, Jorge Holguin, Pedro Nel Ospina, Miguel Abadia Mendez.
He aca una breve Cronología:
  • 1910: Se celebra la primera reforma a la Constitución de 1886 y es elegido Carlos Eugenio Restrepo.
  • 1914: El líder político y pensador indígena Nasa, Quintín Lame, inicia un movimiento que buscaba reivindicar los derechos de los pueblos indígenas en Colombia.
  • 1915:
    • 15 de febrero, un grupo de muchachos de Medellín fundan Los Panidas, el primer movimiento literario y artístico modernista de Colombia.
    • 9 de mayo: Es arrestado por la policía Quintín Lame acusado de querer construir una república indígena.
  • 1919: El 5 de diciembre los alemanes Werner Kaemerer, Stuart Hosie, Alberto Tietjen y los colombianos Ernesto Cortissoz (el primer presidente de la aerolínea), Rafael Palacio, Cristóbal Restrepo, Jacobo Correa y Arístides Noguera, fundaron en Barranquilla la Sociedad Colombo Alemana de Transporte Aéreo – SCADTA, lo que dio inicio a la aviación en Colombia.
  • 1926: Entre el 21 de noviembre y el 4 de diciembre se celebra en Bogotá el III Congreso Nacional Obrero en el cual la dirigente política María de los Angeles Cano Márquez es proclamada la Flor del Trabajo.
  • 1928:
    • 5 de diciembre: Una huelga de diez mil trabajadores de la United Fruit Company, termina sangrientamente cuando el ejército dispara contra una manifestación pacífica en la estación del tren de Ciénaga en el departamento del Magdalena con la muerte de por lo menos mil obreros.
    • 24 de marzo: Colombia y Nicaragua firman el Tratado Esguerra-Bárcenas en el cual el primero reconoce la soberanía del segundo sobre la Costa de Mosquitos y Nicaragua reconoce la soberanía de Colombia sobre las islas de San Andrés, Providencia y Santa Catalina.
  • 1929: El 5 de septiembre nace en Barranquilla la radio en Colombia.

la masacre de las bananeras








lamasacre de las bananeras
de varios días de huelga los obreros de la zona bananera en el Departamento del Magdalena, se enfrentaron con el ejército, desplegado allí para evitar alteraciones del orden público y “un golpe de mano” que tenían planeado los comunistas, organizadores de la huelga, según rezaba la propaganda difundida por distintos medios de comunicación. Sobra decir que impresos, pues entonces no había de otros.

¿Qué pretendían los supuestos comunistas al lanzar a los obreros de las bananeras a una huelga que, desde el primer momento, fue calificada de subversiva por el Gobierno? ¿Qué intentaban subvertir los obreros de la zona bananera? ¿Acaso estaban formando un ciclón revolucionario bolchevique –como editorializaban los respetados periódicos conservadores y preconizaban desde los púlpitos los venerables representantes de Dios en la Tierra—ciclón que barrería con las vidas y haciendas de la gente de bien?

No podría explicarse, ni menos comprenderse, por qué ocurrió un episodio como la masacre de la Zona bananera del Magdalena, sin tratar de entender el influjo de un acontecimiento acaecido diez años antes, la Revolución bolchevique de Rusia, al concluir la primera guerra Mundial, y el establecimiento de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, primera república socialista en el mundo, que a su vez produjo el nacimiento de dos corrientes opuestas: la de los que veían por fin materializado el ideal de la igualdad social y de la justicia verdadera, encarnado en Lenin y sus bolcheviques, la redención de las clases trabajadoras y la condena definitiva de la explotación del hombre por el hombre; y la de los que advirtieron en a revolución soviética una amenaza mortal para el orden capitalista, la desaparición de la propiedad privada y el establecimiento de la horrenda dictadura del proletariado. La primera corriente ganó muchos adeptos en todo el mundo. Los obreros se organizaron en sindicatos, las huelgas se extendieron y poco a poco los trabajadores le arrancaron al capital amedrentado concesiones y derechos con los que, diez años atrás, ni se hubieran atrevido a soñar.

En los albores de la revolución soviética el escritor liberal colombiano Max Grillo había pregonado, a mediados de 1919, que “los obreros [colombianos] desean formar un nuevo partido que tenga por programa las grandes reivindicaciones socialistas. El liberalismo, por evolución, puede ser ese partido socialista”. No eran palabras vanas. Los intelectuales liberales, su clase dirigente, su juventud, se lanzaron a una en pos del ideal socialista, ya aclamado por Rafael Uribe Uribe mucho antes de la revolución de octubre de 1917, como un imperativo para el liberalismo. Los patriarcas Baldomero Sanín Cano, Benjamín Herrera y Max Grillo, y los jóvenes Enrique Olaya Herrera, Alfonso López, Eduardo Santos, Luis López de Mesa, Eduardo y Agustín Nieto Caballero, Armando Solano, Benjamín Palacio Uribe, Luis Cano, Enrique Santos, Ricardo Rendón, María Cano, y varios centenares más de la extraordinaria Pléyade de liberales de la Generación del Centenario que supieron combinar el pensamiento con la acción, acordaron, al comenzar la década de los veintes, que el propósito sagrado del Partido Liberal, en su búsqueda del poder, era plasmar la reforma social, y acogieron en su plataforma no pocos de los postulados del socialismo soviético.

Como es natural el Partido Conservador –en el que militaban personalidades progresistas como José Vicente Concha, Marco Fidel Suárez, Pedro Nel Ospina o Guillermo Valencia—no podía estar de acuerdo con las prédicas subversivas del bolcheviquismo, y las combatió sin tregua en el parlamento, en el Gobierno, en la prensa y en los púlpitos. Para 1928 el liberalismo –todavía minoritario en el Congreso—había popularizado su acción social y gozaba del fervor de las masas. Los obreros, a los que el sector más reaccionario del conservatismo calificaba de comunistas, eran fervientes liberales porque encontraban en los editoriales de la prensa liberal, en los discursos de los jefes del liberalismo, en la idea de la reforma social, su gran esperanza.

Asustados los jefes conservadores y los jerarcas de la Iglesia --que también eran jefes conservadores, o mejor, los verdaderos jefes—ante la catástrofe electoral que veían venir para 1930, y la inminente caída del régimen conservador, adoptaron estrategias desesperadas. Una de ellas fue la presentación de la ley 69, que so pretexto de reglamentar la actividad obrera, buscaba meter en cintura a los sindicatos y disminuir la capacidad de acción política de las masas liberales “comunistas”. Esta Ley 69, apodada “Ley heroica” por sus promotores, vedaba que los sindicatos atacaran el derecho de propiedad privada o desconocieran su legitimidad, les prohibía fomentar la lucha de clases y les desconocía el derecho de promover huelgas. La divulgación de escritos, carteles y publicaciones que respaldaron los actos declarados ilicititos por la ley 69, sería sancionada con severidad. En adelante los obreros se convertían en objeto de aguda vigilancia policial. Sancionó la Ley el Presidente de la República, doctor Miguel Abadía Méndez, jurista eminente, hombre probo, temeroso de Dios y más temeroso aún de los poderes terrenales que, tal la United Fruit Company, eran así mismo omnímodos, como lo dijese en alguna ocasión el doctor Eduardo Santos, Director de El Tiempo.


Huelga y Masacre
Las gestiones entre el sindicato obrero de las bananeras, dirigido por Raúl Eduardo Mahecha, y la United Fruit Company, también llamada Compañía Frutera de Sevilla, llegaron a su punto culminante con la aprobación de la Ley Heroica. La United endureció sus posiciones y rechazó de plano el pliego de los trabajadores, cuyas peticiones principales eran la abolición del sistema de contratistas, el aumento general de los salarios, el descanso dominical remunerado, la indemnización por accidente y la construcción de viviendas decorosas para los obreros de la zona bananera. La Frutera de Sevilla rechazó esas peticiones “subversivas” amparada en la ley 69 de 30 de octubre de 1928 que había declarado la ilegalidad anticipada de cualquier pretensión obrero que tratara de obtener, mediante huelgas o cualesquiera otros medios “de fuerza”, concesiones por parte de los patronos. A los trabajadores de la zona bananera no les quedó otro recurso que ir a la huelga. Los Directivos de la United movieron enseguida su vasto aparato de influencias en el alto Gobierno, que desplegó un contingente del ejército, al mando del general Carlos Cortés Vargas, para proteger las propiedades en la zona bananera, las vidas de los directivos de la United, y el orden público amenazado por “los comunistas”. La huelga de los trabajadores de la zona comenzó el 12 de noviembre.

Durante el lapso transcurrido entre el 12 de noviembre y el 6 de diciembre la huelga en la zona bananera no fue una noticia que llamara la atención de la prensa en la remota capital de la república, ni de las capitales departamentales. Los diarios conservadores se referían a ella como a una peligrosa conspiración comunista, y los liberales daban cuenta de las justas peticiones formuladas por los trabajadores de la zona bananera; pero sin mayor despliegue en unos y otros.
Los primeros comunicados recibidos en Bogotá daban cuenta de que los huelguistas, hasta ese momento pacíficos, manipulados por agitadores comunistas, habían emprendido una revolución de tipo bolchevique cuyo primer paso era la degollina de los directivos de la United Fruit y de sus familias, acto que debía ejecutarse el 6 de diciembre, lo que obligó a la pronta intervención del ejército. Los huelguistas, resueltos a llevar a cabo sus propósitos, enfrentaron la tropa que, a la orden dada por el general Carlos Cortés Vargas, disparó contra ellos, mató a varios, tomó el control de la zona y puso fin con éxito al movimiento subversivo. El Presidente de la república felicitó al general Cortés Vargas por haber salvado al país de la anarquía.

Hubo enorme confusión en las primeras versiones. Los despachos periodísticos hablaban en unos caos de “miles de muertos” y en otros de “unos pocos muertos y heridos”. La pensa liberal destacó el hecho de que se había disparados osbre obreros inermes que efectuaban una marcha pacífica compuesta por trabajadores, sus mujeres y sus niños, dato reconocido por el propio general Cortés Vargas, que justificó el abaleo en el supuesto de que los huelguistas habían puesto de mampara a las mujeres y a los niños en la creencia absoluta de que el ejército no se atrevería a dispararles y que así los obreros podrían llegar a salvo a los cuarteles de Ciénaga y apoderarse de ellos.

El Debate. Gaitán en escena

Sin quererlo, el general Cortés vargas había colocado en primer plano noticioso la huelga de los trabajadores bananeros. La versión de los miles de muertos pujaba por las primeras planas con la de la conspiración comunista. Nadie podía decir con certeza cuántos obreros cayeron el 6 de diciembre, pero sí quedó establecido desde el principio que la tropa disparó sobre hombres y mujeres desarmados y que marchaban en paz, aunque vociferantes y con encendidas consignas revolucionarias. El editorial de El Tiempo del 7 de diciembre hizo un retrato magistral de la situación:

“No es apropiado todavía llamar revolución, así con esa palabra trascendental que alude al intento de toma del poder con la violencia, el movimiento de las masas borrascosas del magdalena. Hay una huelga convertida en revuelta, en una revuelta desastrosa que nosotros no podemos, demás está decirlo, aprobar explícita o implícitamente y cuyos incidentes, escenas, y complicaciones perjudican ante los espectadores importantes de esta lucha sangrienta la causa justa de los obreros, el nombre del gobierno, el prestigio que debe ser intocable de las armas de la republica, y acaso, desgraciadamente, los más altos intereses del país. Desatada la violencia no es discutible la necesidad de restablecer el orden, y el gobierno principalmente es el llamado a realizar esa tarea. Pero resta averiguar si no hay medidas preferibles y más eficaces que las de dedicar la mitad del ejército de la República a la matanza de trabajadores colombianos a quienes, durante la huelga mantenida hasta hace poco en perfecto orden, hizo exaltar y enfurecer la presencia provocadora de las tropas movilizadas, la sustitución de funcionarios civiles por militares, la certidumbre larga, dolorosamente fundamentada de que la United Fruit Company tiene corrompida y dominada la organización del Estado en el departamento y la mayoría de los estamentos sociales directivos…”.

No eran acusaciones veniales y a partir de ellas el liberalismo, adalid de los trabajadores colombianos, asumió el sangriento episodio de las bananeras como el ariete con el que acabaría de derrumbar el muro del largo reinado conservador; pero era necesario primero aclarar los hechos y las circunstancia, para lo cual viajó a Ciénaga, y recorrió las poblaciones de Sevilla y Aracataca, el representante liberal Jorge Eliécer Gaitán.

Gaitán investigó a fondo. Realizó más de un centenar de entrevistas con obreros y pobladores de la zona, tomó fotografías de cadáveres insepultos y de los destrozos ocasionados en Ciénaga y Sevilla, que se atribuyeron en principio a los huelguistas y que, según la investigación de Gaitán, fueron ocasionados, en su mayor parte, por la tropa y por orden de su comandante el general Cortés Vargas. Armado con una documentación impresionante, regresó Gaitán a Bogotá, y los días 3, 4, 5 y 6 de septiembre de 1929 suscitó uno de los más intensos e históricos debates que se hayan vivido en el parlamento colombiano.

¿Qué demostró Gaitán en su debate? Demostró la grave situación de explotación a que eran sometidos los obreros de la zona bananera por la United Fruit Company; demostró la corruptuela en el departamento propiciada por esa compañía frutera, que en la práctica gobernaba los destinos del magdalena; demostró que los trabajadores no habían dado ningún motivo para que se disparara contra ellos, y probó a todas luces que la represión contra los huelguistas del Magdalena había generado un genocidio y que el número de trabajadores muertos por las balas oficiales en Ciénaga, Aracataca y Sevilla alcanzó, por lo menos, a trescientos.

"La palabra del Presidente"
En uno de los apartes de su extensa intervención, el representante Jorge Eliécer Gaitán comenta los elogios prodigados por el Presidente de la República al general Cortés Vargas.

“Ya habéis oído leer [honorables senadores y representantes] la alocución del señor Presidente de la República. Habéis oído cómo allí se dice, hablando de los obreros, que ellos perpetraron ‘verdaderos delitos de traición y felonía, porque a trueque de herir al adversario político, no vacilan en atravesar con su puñal envenenado el corazón amante de la Patria’. Decidle, señores, al taciturno Presidente de la República que aplique estas palabras no a los obreros, que fueron las víctimas, sino que las aplique a los militares, a los cuáles él les ha hecho el más inconcebible elogio. Que el señor Presidente de la República se levante sobre la tumba de los sacrificados para escupir su hiel y su veneno, cuando por simples sentimientos de humanidad tales vocablos le estaban vedados ante la majestad de la muerte y del dolor, es cosa que causa ironía y que muestra las lacras de la mentida justicia humana. Y que no hable el Presidente de la República de hechos políticos, aquí donde sólo hubo por parte de los militares pecados contra los artículos del Código penal. Y en esa alocución misma habéis leído el elogio férvido, el elogio ilimitado que el señor presidente hace a quienes sólo merecen el dicterio de los hombres que tienen en estima los sentimientos esenciales de la bondad”.

El Debate. Gaitán en escena
Uno de los aludidos merecedor de esos dicterios era el comandante de las fuerzas del Magdalena, general Carlos Cortés Vargas, a quien Gaitán no se los ahorra. En otro aparte de su intervención, el representante liberal asume el análisis de la personalidad del general Cortés Vargas, (destituido del ejército dos meses y medio antes del famoso debate de las bananeras, no por los hechos de la masacre del 6 de diciembre de 1928, sino por su torpe actuación, como Director de la Policía nacional, en los graves sucesos del 8 de junio de 1929 en Bogotá, que acabaron de remachar el ya irreparable desprestigio del gobierno conservador).

“Entremos a analizar un poco la personalidad del señor Cortés Vargas; pero no quiero hacerlo con conceptos míos; quiero apenas presentar documentos que los demuestren; y quiero hacerlo así porque a mí no me guía en esto ninguna animadversión contra ese señor; personalmente no me interesa; solo un deber imprescindible me obliga a demostrar ante vosotros quién era el supremo juzgador y cuáles sus actuaciones. Y esto tiene grande importancia para el efecto de los procesos. Porque aun cuando haya gentes ignorantes que piensen que esto es inútil, yo les digo que quienes hemos entregado un poco la vida a los estudios penales sabemos que un hombre o una corporación no pueden fallar sin antes entrar en el estudio de la personalidad del juzgador, de la personalidad del sindicado. Leamos ante todo una carta dirigida por el señor Cortés Vargas a Santa Marta a persona a quien el doctor Eduardo Castro, conservador, afirma ser agente de la United Fruit Company en el ferrocarril de Santa marta, después de haber sido expulsado del ejército. Carta en la cual se ultraja al arzobispo primado de Colombia. Y todavía más, al actual Ministro de Guerra, doctor Rodríguez Diago. Esta carta está rubricada por el señor juez primero del circuito de Santa Marta, debidamente autenticada ante él y consta aquí también la certificación de la persona que la facilitó. Esta carta parece que fue dirigida no con carácter privado sino precisamente para que la conociera todo el mundo en Santa Marta, ya que son numerosas las personas que allí la leyeron. Se pretendía con ella hacer alarde de la miseria y de la pobreza que diariamente predica el señor Cortés Vargas”.

A continuación el representante Gaitán leyó “la sensacional carta de Cortés Vargas”, escrita desde Chapinero el 1º. De julio de 1929 y dirigida al coronel Gabriel de Páramo en Santa Marta. La carta, que tiene como propósito pedirle al coronel de Páramo que le gestione un puesto con la United a un médico amigo del general Cortés Vargas (ya ex general), sirve para que su autor se desahogue y haga menciones desobligantes del arzobispo primado, Ismael Perdomo, y del Ministro de Guerra, además de mandarle recuerdos a Mr. George, ejecutivo de la United Fruit.
“Como tú sabes muy bien –dice Cortés Vargas en uno de los párrafos de su carta—Rodríguez Diago está de acuerdo con don Nicolás Dávila, por lo tanto con Robles y Núñez Roca; caído Rengifo ¿quién defiende el pleito de las bananeras? Nadie, mejor dicho, yo solo. Sabrás que va para esa Arbeláez, el nuevo director de la Policía, a investigar mis actuaciones en la zona; Rodríguez Diago lo manda para que se ponga de acuerdo con los villanos de allá. Ahora sí me llevó el diablo, de seguro que allá no habrá una persona que salga a decir la verdad, no a defenderme, que eso sería pedir mucho”.

Gaitán se limita a apostillar: “… No se lo llevará el diablo, como lo dice, porque bajo el nivel moral de la política en que nos asfixiamos, no sería extraño que mañana el señor Cortés Vargas fuera el Ministro de Guerra o el candidato a la presidencia de la República. Si este no fuera el país de los políticos corrompidos, no sería el diablo el que se llevara al señor Cortés Vargas, sino los guardias del panóptico”.
El diablo no se llevó al general Cortés Vargas, pero sí al régimen conservador, hundido por los muertos del 6 de diciembre y del 8 de junio. ESM


 





Zona central y plaza de la ciudad de Ciénaga. 
Cromos 1929


Ruinas del comisariato de Sevilla, cuya destrucción se atribuyó a los huelguistas, que a su turno culparon a la tropa. Mundo al Día, 1929.


Dirigentes de la huelga de las bananeras. De izquierda a derecha, Pedro M. del Río, Bernardino Guerrero, Raúl Eduardo Mahecha, Nicanor Serrano y Erasmo Coronel. En los encuentros con las fuerzas del gobierno murieron Guerrero y Coronel. 
Mundo al Día



Bernardo Castrillón, dirigente obrero, muerto durante la masacre del 6 de diciembre. Mundo al Día


General Carlos Cortés Vargas


Las tropas al mando de Cortés Vargas se dirigen hacia Sevilla, Magdalena, sede de la compañía frutera. Cromos


Aguardando a los huelguistas. Cromos


Un día de trabajo en la zona bananera, cerca de Ciénaga. Mundo al Día





Doctor Ignacio Rengifo, Ministro de Gobierno ordenó el envio de tropas para reprimir la huelga en las bananeras. Caricatura de Gómez Leal, Cromos


Representante Jorge Eliécer Gaitán, quien promovió el debate en la Cámara, en 1929, por los sucesos de la zona bananera el año anterior


General Carlos Cortés Vargas


Ruinas del comisariato de Orihueca, cuya destrucción se atribuyó a los trabajadores. Mundo al Día


Ruinas de la casa de los ingenieros de la United Fruit Company en Sevilla. Su incendio se atribuyó a los trabjadores.


separacion de panama 1904

Antecedentes[editar]

Declarada la independencia de España, el 28 de noviembre de 1821, los gobernantes de Panamá tomaron la decisión de unirse voluntariamente a la Gran Colombia, Estado extinto conformado en la mayor parte de su territorio por las actuales Colombia, Ecuador, Venezuela y Panamá. Con el entendimiento que se conservaría autonomía de gestión económica y administrativa.8
En 1826, año en que se celebró el Congreso Anfictiónico en la capital istmeña, Panamá rechazó la constitución bolivariana, pero esto no fue obstáculo para que en ese año se produjera la primera tentativa de separación de la Gran Colombia. A causa de que el congreso colombiano hacía caso omiso de las solicitudes de franquicias comerciales para el istmo, lo cual frustraba las aspiraciones panameñas, surgió un movimiento separatista para convertir a Panamá en un país hanseático bajo la protección de Gran Bretaña y los Estados Unidos. El movimiento fue, sin embargo, reprimido por los militares colombianos destacados en el istmo.9
Separados de la Gran Colombia, de los departamentos que conformaban las regiones del norte y sur surgieron dos nuevos países denominados Estado de Venezuela y Estado del Ecuador.
Las provincias que geográficamente ocupaban la parte central de la desintegrada Gran Colombia, que en ese entonces comprendía los antiguos departamentos de Boyacá,CaucaCundinamarcaMagdalena e Istmo (Panamá) decidieron formar un nuevo Estado.
Mediante el Convenio de Apulo (llevado a cabo el 28 de abril de 1831), el general Rafael Urdaneta, último presidente de la Gran Colombia, entregó el mando a Domingo Caicedo (3 de mayo de 1831). El nombre provisorio adoptado por la república granadina a partir de ese momento, fue proclamado como Estado de Nueva Granada.10 11

En algunas ocasiones, militares en el territorio istmeño, conocido como departamento del Istmo bajo el centralismo o estado Soberano de Panamá bajo el federalismo, habían intentado separarse, independizarse del gobierno colombiano o autogobernarse de facto, siendo las más importantes en 1830, 1831 y 1832; entre tanto posteriormente hubo revueltas populares en Colombia (de hecho seis guerras civiles en 82 años). En 1840 y por un año se estableció el Estado del Istmo,12 13 haciendo una clara constancia de que se reincorporaría a la Nueva Granada si esta adoptaba el régimen federal;14 15 16 y durante parte de la Guerra de los Mil Días (1899-1902), conflicto civil que devastó a Colombia, nación a la que entonces pertenecía Panamá, aunque en estado de rebelión, pues muchos de sus líderes luchaban en contra del gobierno conservador y a favor delPartido Liberal Colombiano.17 18 Entre 1846 y 1848, los gobiernos de la Nueva Granada y los Estados Unidos habían firmado el tratado Mallarino-Bidlack, con el que los Estados Unidos garantizaban la soberanía de la Nueva Granada sobre el istmo. Posteriormente en 1850 y 1868 también se desvinculó el istmo de Colombia, pero una efectiva acción colombiana con apoyo armado de Estados Unidos, restituía el territorio al país, invocando el Tratado Mallarino-Bidlack.[cita requerida] El 21 de noviembre de 1902 en la bahía de Panamá, liberales y conservadores ratificaron el fin del conflicto a bordo del acorazado Wisconsin de la Armada estadounidense, en donde se redactó y finalmente fue firmado el tratado del mismo nombre que puso fin a la guerra. La Guerra de los Mil Días dejó devastado al departamento de Panamá, donde, entre octubre de 1899 y mayo de 1902 hubo más de sesenta combates.7 El general Victoriano Lorenzo, indígena panameño y guerrillero liberal, se negó a aceptar sus términos, por lo que fue fusilado el 15 de mayo de1903. El 25 de julio del mismo año, la imprenta que publicaba el periódico «El Lápiz» fue asaltada por orden del comandante militar de Panamá, el general José Vásquez Cobo, hermano del Ministro de Guerra colombiano, como consecuencia de la narración detallada del fusilamiento y sus protestas. Este suceso contribuyó a aumentar la desconfianza de los liberales panameños hacia el régimen conservador colombiano y a que se unieran a la causa separatista.
En mayo de 1901, los Estados Unidos e Inglaterra firmaron el tratado Hay-Pauncefote con el que se desconoció la soberanía colombiana en el istmo, al cual se le dio el estatus de “zona de importancia internacional”. El presidente Marroquín intentó negociaciones para salvar la soberanía colombiana sobre istmo, y envió a Washington a Carlos Martínez Silva, quien poco después renunció a causa de la gravedad de la situación. Marroquín puso entonces al frente de las negociaciones a José Vicente Concha, quien se enfrentó a un hostil congreso estadounidense. En ese año, el senado de los Estados Unidos aprobó el bill Spooner, con el cual se definió que la ruta del canal sería la de Panamá (y no la de Nicaragua o México), se autorizó al presidente Roosevelt a indemnizar por 40 millones de dólares a la compañía francesa dueña de los derechos, y a obtener perpetuidad una faja de tierra de 8 km de ancho a cada lado del canal. Concha rechazó la propuesta dejando en claro que la soberanía de Colombia en el istmo no estaba en discusión, y solicitó el aumento de la suma ofrecida a Colombia para ceder a Estados Unidos la concesión del canal una vez la compañía francesa hubiese vendido de sus derechos. Concha terminó renunciando a causa de la intención de Marroquín de aceptar las condiciones de los Estados Unidos, por lo que el presidente lo reemplazó por Tomás Herrán, quien aprovechó la ratificación de Alemania de construir el canal para firmar el tratado Herrán–Hay (22 de enero de 1903), con el que Estados Unidos concedió a Colombia lo que había solicitado Concha al congreso estadounidense.7
El tratado Herrán–Hay fue atacado en el Senado por el expresidente Miguel Antonio Caro, principal opositor de Marroquín. Caro convenció al congreso de que el Herrán-Hay era lesivo para los intereses y la soberanía de Colombia, el cual votó mayoritariamente en contra del tratado el 18 de agosto, lo que originó un escándalo mundial. Los banqueros estadounidenses, liderados por el magnate J. Pierpont Morgan, se decidieron a apoyar la independencia de Panamá y el 27 de octubre se produjo una invasión armada por Penonomé. Los directores de la compañía del ferrocarril de Panamá compraron a varios líderes panameños y al general Esteban Huertas, jefe de la Guardia colombiana. En julio de 1903, un hermano de Alfredo Vásquez Cobo, Ministro de Guerra de Colombia, el jefe militar de Panamá, José Vásquez Cobo, dio un golpe en el Istmo y depuso al gobernador, Facundo Mutis Durán. Marroquín, en vez de sancionar al golpista, nombró gobernador al más reconocido de los separatistas panameños, José Domingo de Obaldía. El gobierno de Marroquín hizo caso omiso de los rumores de separación a tal punto que el 3 de noviembre de 1903, Pablo Arosemena despachó a Marroquín un telegrama desde Ciudad de Panamá dando un parte de normalidad en el istmo. En la mañana del mismo día, un movimiento de dirigentes panameños apoyados por parte de la población proclamó la independencia y constituyó la República de Panamá, la cual fue reconocida por los Estados Unidos al día siguiente y con la que establecieron relaciones el 6 de noviembre, día en que llegó a Bogotá la noticia de la separación.7 para seguir con la guerra de los mil dias

La separación[editar]

José Domingo de Obaldía sería nombrado gobernador de Panamá, este cargo ya lo había desempeñado con anterioridad; pero él se sentía inclinado hacia la idea de la separación.[cita requerida]
José Agustín Arango, político istmeño, empezó a trabajar en secreto en la preparación del movimiento separatista. Una junta revolucionaria clandestina se formó en torno suyo para planificar una revolución destinada a consolidar la separación del Istmo de la soberanía colombiana, para negociar directamente con Estados Unidos la construcción del canal. La red conspirativa estaba conformada aparte del propio Arango, por Manuel Amador Guerrero, médico; Nicanor de Obarrio, militar y general del ejército colombiano y por otros como Ricardo AriasFederico BoydCarlos Constantino ArosemenaTomás AriasIsabelina Rojas y Manuel Espinosa Batista. Pero la parte operativa, la de mayor riesgo, le tocó a Amador Guerrero, quien viajó a Estados Unidos en busca de apoyo para el plan, ya que las fuerzas norteamericanas habían ayudado en el pasado al ejército colombiano.[cita requerida] También obtuvo en Panamá el apoyo de importantes jefes liberales y el apoyo del comandante militar Esteban Huertas.
Con todos estos apoyos, se concertó la puesta en marcha del plan separatista para un día no definido del mes de noviembre de 1903. Sin embargo, un rumor generado en Colombia estuvo a punto de dar al traste con el plan. Informes recibidos daban cuenta de una supuesta invasión nicaragüense al Istmo por la región de Calovébora, sobre la costa norte panameña. Este informe, y los rumores insistentes sobre algo que se tramaba en Panamá, hicieron que Colombia movilizara al Batallón Tiradores desdeBarranquilla. El comandante de ese batallón traía secretamente instrucciones para reemplazar a José Domingo De Obaldía y al general Esteban Huertas, en quienes ya no se confiaba en Bogotá.
El Batallón Tiradores, al mando del general Juan B. Tovar y Ramón G. Amaya, llegó a la ciudad de Colón en la mañana del 3 de noviembre de 1903. No tuvo problemas para desembarcar, pero su transporte hacia la ciudad de Panamá sufrió muchos contratiempos por la complicidad de las autoridades del Ferrocarril Transístmico con los conjurados, entre ellas el superintendente norteamericano J.R. Shaler. Después de muchas excusas, el Estado Mayor pudo desplazarse hacia la capital. En Colón quedó la tropa bajo el mando del coronel Eliseo Torres.
Una vez llegados a ciudad de Panamá, Juan B. Tovar y sus otros oficiales fueron arrestados por instrucciones del general Esteban Huertas, quien estaba al mando del Batallón Colombia, cuya jefatura pretendía reemplazar al recién llegado general.
Al enterarse de la inminente acción revolucionaria, el comandante John Hubbard del buque norteamericano «Nashville», entonces en las aguas del puerto y quien había retrasado previamente el desembarco de las tropas colombianas en Colón, procedió a impedir su transporte y cualquier desembarco posterior, argumentando que debía respetarse la "neutralidad" del ferrocarríl, un argumento que las autoridades norteamericanas habían empleado en anteriores ocasiones en sentido contrario.[cita requerida]
Apresado el contingente militar colombiano y congelada la movilización de las tropas en Colón, se apresuraron las acciones para declarar la separación del Istmo. La Junta Revolucionaria procedió entonces a declarar esa misma tarde, la separación del Istmo. Algunos panameños asaltaron las armerías y tomaron las armas, pero no fue necesario usarlas. Por representar a la autoridad colombiana fue puesto bajo custodia el gobernador José Domingo de Obaldía.
Una escuadrilla naval anclada en la bahía de Panamá fue obligada a rendirse sin oponer resistencia. El Consejo Municipal se reunió bajo la Presidencia de Demetrio H. Brid(autoridad máxima en el territorio panameño ante el surgimiento de un gobierno de facto), y proclamó en un acta de voluntad del pueblo de ser libre y de establecer un Gobierno propio, independiente, y soberano bajo el nombre de República de Panamá. Demetrio H. Brid se convirtió entonces en el Primer Presidente de facto de la recién formada República de Panamá, nombrando el 4 de noviembre de 1903 a la Junta de Gobierno Provisional que se encargaría de la administración del Estado hasta que la Convención Nacional Constituyente en febrero de 1904 designara a Manuel Amador Guerrero como el primer Presidente Constitucional de la República de Panamá.

Consecuencias[editar]

El 13 de noviembre de 1903 Estados Unidos reconoce formalmente a la República de Panamá (después de haberla reconocido extraoficialmente del 6 al 7 de noviembre),Francia lo haría al día siguiente y antes de finalizar noviembre, otros quince países de AméricaEuropa y Asia lo harían también.
Para el 18 de noviembre de ese mismo año , el secretario de Estado norteamericano, John Milton Hay, firma en unión de Phillipe Bunau-Varilla un tratado para la construcción del Canal de Panamá, aunque fue muy controvertido por la celeridad con que fue aprobado y porque Bunau-Varilla se había propuesto a sí mismo como representante del gobierno panameño. El tratado fue ratificado después por la Junta Provisional de Gobierno de Panamá y por el Senado de Estados Unidos.
En Colombia, la noticia de la separación de Panamá no fue conocida hasta el 6 de noviembre en Bogotá. La razón dada para explicar el atraso fue que el cable submarino que hacía posible las comunicaciones entre las dos regiones se había dañado en esos días.
Fue el embajador de Colombia en Ecuador, quien hizo llegar la noticia al gobierno colombiano, que ocultó la noticia por algunos días, para prevenir los posibles disturbios que ocurrirían en Bogotá.
Hubo entonces dos clases de respuesta: enviar a Panamá una misión diplomática para averiguar si los panameños estarían dispuestos a echar marcha atrás. También se ofrecía a reconsiderar el tratado Herrán-Hay, rechazado por el Senado colombiano, e inclusive hasta se prometía convertir a la ciudad de Panamá en la capital de Colombia.19La misión se reunió a bordo del navío estadounidense USS Mayflower. La delegación panameña que estaba formada por Constantino ArosemenaTomás Arias y Eusebio A. Morales, rechazó todas las propuestas.
Colombia envía entonces otra delegación del más alto nivel, en la cual sobresalían el general Rafael ReyesPedro Nel OspinaJorge Holguín y Lucas Caballero. Panamá estuvo representado de nuevo por Constantino Arosemena y Tomás Arias, ahora acompañados por Carlos A. MendozaNicanor de Obarrio y Antonio Zubieta. Las reuniones se desarrollaron en el barco Canadá, de dicho país. No hubo acuerdo entre los representantes y Rafael Reyes regresó a los Estados Unidos.

     La guerra de los mil días


Debido a las propensas situaciones que sufrió Colombia a lo largo del siglo XIX, la inestabilidad política fue el factor que más se desempeño en la causa principal de la guerra desde 1886, año en la cual se suprimió la constitución de 1863, dado a que revelaba los excesos del federalismo durante el periodo de los radicales.

Con la época de la Regeneración y la aplicación de la constitución de 1886, el régimen centralista no hizo sino agravar los problemas políticos de los cuales algunos departamentos no tardaron en sentir su malestar frente al gobierno central. En el campo económico, las decisiones políticas también provocaron su inestabilidad.

El factor detonante de la guerra, fue el enfrentamiento bipartidista de liberales y conservadores, tanto entre ellos como dentro de sus respectivos partidos, que buscaba detentar el poder del país, además, los constantes revueltas en contra del entonces gobernante Sanclemente y el déficit económico ahondaron aun mas en los ánimos de los gestores de los dos partidos.

El inicio de la guerra civil comenzó con un intento el 20 de octubre de 1899 o mediados de 1900, pero se adelantó por imprudencia de algunos generales del partido liberal, quienes prefirieron hacerlo el 17 de octubre. La reacción de ese movimiento no se hizo esperar, ya que algunos miembros consideraron que no estaban organizados para iniciar la guerra. La rebelión comenzó en la población de Socorro y se espero la llegada de refuerzos militares desde Venezuela.

Las primeras derrotas militares para el bando Liberal comenzaron días más tarde de haber iniciado la guerra en la batalla del Río Magdalena el 24 de octubre de 1899. En la búsqueda de poner orden al país el sector conservador se dividió en históricos y nacionales poniéndolos en desventaja frente al partido liberal. Sin embargo los abanderados históricos lograron derrocar al presidente Sanclemente que fue reemplazado por José Manuel Marroquín. Por su parte los liberales nombraron presidente del país a Gabriel Vargas Santos para que opacara a los mandatarios constitucionales del sector conservador. Poco a poco la guerra tomo un camino más represivo y cruel, incluso la población se dividió para tomar parte en cada bando de un modo más fanático, pese a los esfuerzos de cada partido por obtener victorias.

Sin duda, las batallas de Peralonso y de Palonegro (Santander) mostraron con claridad los perjuicios que había causado la guerra. En la primera los liberales obtendrían su última victoria para el Partido Liberal, de manos de Rafael Uribe Uribe. En Palonegro (25 de mayo de 1900)los conservadores detuvieron a sus enemigos forzándolos a un combate sin sentido y carente de significado para los partidos. Los liberales querían lograr a toda costa la victoria pero ante la violencia, este partido también se divide en pacifistas y belicistas. Los conservadores nacionales pronto comprendieron que lo mejor era detener la guerra, que ya comenzaba a extenderse a Panamá y el Mar Caribe.

Con esa decisión, se evitó internacionalizar la guerra, de la cual en Venezuela se trataba de provocar un conflicto abierto a través de su presidente Cipriano Castro (quién apoyaba a Uribe Uribe para colocarlo en el poder). Las tropas de Marroquín lograron cortar la ayuda venezolana a los liberales (29 de julio de 1901), quienes no dudaron en ser derrotados por el general conservador Juan B. Tovar. El general Uribe Uribe se vio entonces obligado a rendirse de manera gallarda pero con algunas condiciones.

El 24 de octubre de 1902, se firma el Tratado de Paz de Neerlandia, en la hacienda del mismo nombre. Aun así los combates solo se terminan en noviembre de ese año en Panamá, donde combatían los navíos Almirante Padilla (liberales) y el Lautaro (de propiedad chilena, expropiado por los conservadores), donde fueron derrotados los conservadores. Con la muerte del General Carlos Alban, que viajaba en el Lautaro el istmo de Panamá queda sin representante y es nombrado Don Aristides Arjona.

Más tarde vino la constante amenaza de la marina estadounidense enviado por el gobierno de Theodore Roosevelt para proteger los futuros intereses en la construcción del Canal de Panamá. Los liberales del general Benjamín Herrera, se vieron entonces obligados a deponer las armas.

El tratado de paz definitivo se dio lugar en el acorazado estadounidense Winsconsin el 21 de noviembre de 1902, en donde el general Lucas Caballero Barrera en calidad de jefe de Estado Mayor del ejército unido del Cauca y Panamá, junto con el coronel Eusebio A. Morales, secretario de Hacienda de la dirección de guerra del Cauca y Panamá, en representación del general Benjamín Herrera y del partido liberal, se reunieron con el general Víctor M. Salazar gobernador del departamento de Panamá, y el general Alfredo Vázquez Cobo, jefe de Estado Mayor del ejército conservador en la Costa Atlántica, el Pacífico y Panamá, firmaron en representación del gobierno, el fin de la guerra.

siglo xlx

El grito de La Independencia
El 20 de julio de 1810 fue el inicio de unos sucesos determinantes que cambiaron la historia de lo que hoy conocemos como Colombia.
Nadie sabía exactamente qué iba a pasar el 20 de julio de 1810, pero se podía percibir una atmósfera de que algo ocurriría. Fue un viernes, día de mercado y todo el pueblo caminaba por las calles de Santa Fe.
Después de la abdicación del monarca español Fernando VII tras la invasión francesa a España en 1808, llevada a cabo por parte de Napoleón Bonaparte, en España se organizaron juntas de gobierno a nivel local para resistir al invasor y, a la vez, gobernar en ausencia del rey depuesto. Estas juntas pronto uniéndose organizaron un gobierno "alterno" al gobierno de ocupación impuesto por Napoleón.
Este gobierno alterno tenía representantes de todas las provincias de toda España y también de sus colonias. Sin embargo, la representación de las colonias era inferior a la de los reinos españoles. En el caso de las colonias americanas había sólo 9 representantes en contraste con los 36 de la península. Esto hizo que en América se buscara o una mayor representación o una mayor autonomía, e incluso Independencia de la metrópoli.
Ya en 1809 se habían producido los primeros gritos de libertad en la América española, en lo que hoy es Ecuador y Bolivia. En la Nueva Granada se habían gestado de manera similar, y ciudades como Cartagena y Mompos habían conformado juntas independentistas que buscaban mayor autonomía e incluso una independencia absoluta de España
En la provincia de Santa fe se había creado una junta de notables integrada por autoridades civiles e intelectuales criollos. Los principales personeros de la oligarquía criolla que conformaban la junta eran: José Miguel Pey, Camilo Torres, Acevedo Gómez, Joaquín Camacho, Jorge Tadeo Lozano, Antonio Morales, entre otros.
Estos comenzaron a realizar reuniones sucesivas en las casas de los integrantes y luego en el observatorio astronómico, cuyo director era Francisco José de Caldas. En estas reuniones empezaron a pensar en la táctica política que consistía en provocar una limitada y transitoria perturbación del orden público y así aprovechar para tomar el poder.
La junta de notables propuso entonces crear un incidente con los españoles, a fin de crear una situación conflictiva que diera salida al descontento potencial que existía en Santafé contra la audiencia española. Lo importante era conseguir que el Virrey, presionado por la perturbación del orden, constituyera ese mismo día la Junta Suprema de Gobierno integrada por los regidores del Cabildo de Santafé.
Don Antonio Morales manifestó que el incidente podía provocarse con el comerciante peninsular don José González Llorente y se ofreció "gustoso" a intervenir en el altercado. Los notables criollos aceptaron la propuesta y decidieron ejecutar el proyecto el viernes, 20 de julio, fecha en que la Plaza Mayor estaría colmada de gente de todas las clases sociales, por ser el día habitual de mercado.
Se convino que un grupo de criollos (encabezados por Pantaleón Santamaría y los hermanos Morales) fueran el día indicado a la tienda de Llorente a pedirle prestado un florero o cualquier clase de adorno que les sirviera para decorar la mesa de un anunciado banquete en honor a otro criollo destacado, Antonio Villavicencio. En el caso de una negativa, los hermanos Morales procederían a agredir al español.
A fin de garantizar el éxito del plan, si Llorente entregaba el florero o se negaba de manera cortés, se acordó que don Francisco José de Caldas pasara a la misma hora por frente del almacén de Llorente y le saludara, lo cuál daría oportunidad a Morales para reprenderlo por dirigir la palabra a un "chapetón" enemigo de los americanos y dar así comienzo al incidente.
[arriba]
"Según cuentan algunos testigos, los criollos fueron al almacén de Llorente a pedirle prestada una pieza. Algunos dicen que fue un ramillete, otros un farol y otros un florero, con el fin de adornar la mesa de Antonio Villavicencio. Llorente se resiste porque dice que la pieza está maltratada y en mal estado. Se arma el tumulto y se convoca a un cabildo abierto poniéndose en sintonía con lo que ocurre en las otras provincias de la Nueva Granada y lo que ocurre en las otras colonias españolas", cuenta Daniel Castro, director del Museo de la Independencia, lugar donde ocurrieron los hechos del 20 de julio y donde aún reposa una parte de la pieza que los criollos fueron a pedir prestada.
Poco antes de las doce del día, como estaba previsto, se presentaron los criollos ante Llorente y después de hablarle del anunciado banquete a Villavicencio, se le pidió prestado la pieza para adornar la mesa. Llorente se negó, pero su negativa no fue dada en términos despectivos o groseros. Se limitó a explicar diciendo que la había prestado varias veces y ésta se estaba maltratando y por lo tanto, perdiendo su valor.
Entonces intervino Caldas, quien pasó por frente del almacén y saludó a Llorente, lo que permitió a don Antonio Morales, como estaba acordado, tomar la iniciativa y formular duras críticas hacia Llorente. Morales y sus compañeros comenzaron entonces a gritar que el comerciante español había respondido con palabras contra Villavicencio y los americanos, afirmación que Llorente negó categóricamente.
Mientras tanto los principales conjurados se dispersaron por la plaza gritando: ¡Están insultando a los americanos! ¡Queremos Junta! ¡Viva el Cabildo! ¡Abajo el mal gobierno! ¡Mueran los bonapartistas! La ira se tomó el sentir del pueblo.
Indios, blancos, patricios, plebeyos, ricos y pobres empezaron a romper a pedradas las vidrieras y a forzar las puertas. El Virrey, las autoridades militares y los españoles, contemplaron atónitos ese súbito y violento despertar de un pueblo al que se habían acostumbrado a menospreciar.
[arriba]
La revolución no tuvo entonces las proyecciones que eran de esperarse porque gran parte de los que intervenían eran indios y habitantes de las poblaciones de la Sabana, que debían regresar a sus pueblos. Cosa que indujo a Acevedo Gómez, uno de los jefes de la oligarquía criolla, a reunir a algunos del Cabildo y declararse investido del carácter de "tribuno del pueblo". Construyó la famosa Junta de Gobierno con la cual sustituiría el virreinato, firmando el Acta de Independencia.
La llamada "Acta de Independencia" de Santa fe no era realmente una declaración propiamente de independencia, pues como lo afirma el mismo documento, esta no pretendía (en nombre de la Nueva Granada) "abdicar los derechos imprescriptibles de la soberanía del pueblo a otra persona que a la de su augusto y desgraciado Monarca don Fernando VII". En contraposición, otras "actas de independencia", como la que se promulgó en la ciudad de Mompos (del 6 de agosto de 1810) sí buscaron una real independencia de España.
Según el historiador colombiano Germán Mejía, "El 20 de julio es un movimiento bogotano, local, y genera un problema inmediato que además tiene pretensiones sobre las otras juntas que se estaban dando en el país. La pretensión consistía en definir lo que iba a ser el territorio de la Nueva Granada. Es el triunfo del centralismo sobre la realidad de las provincias de principios del siglo XIX. Los criollos tuvieron el papel de construir la primera República. El 20 de julio que nosotros entendemos hoy en día es el fabricado a finales del siglo XIX y no lo que sucedió a comienzos de este siglo".
El episodio ocurrido el 20 de julio sintetizó las contradicciones del imperio español: corona- reinos, criollos-peninsulares y finalmente metrópoli-colonias. La independencia de Nueva Granada y sus proyectos estado nación serían supuestamente el resultado y la solución de estas tensiones.
http://www.colombiaaprende.edu.co/html/home/1592/article-83837.html






                                                       la patria boba 1810-1814

Se conoce como la Patria Boba al período de la historia de Colombia comprendido entre las declaraciones de independencia de 1810 y la entrada a Santa Fe de Bogotá de los realistas durante la reconquista española. Este período fue caracterizado por la inestabilidad política y varias guerras regionales y civiles en una nación en formación.
Durante este periodo de cinco años, cada provincia proclama sus autoridades, cada aldea tiene su Junta independiente y soberana, la palabra federalismo se convierte en la soberbia doctrina de la impotencia. Las derrotas iniciales de Bolívar, el conservatismo oligárquico del Perú virreinal y la política centralista de Buenos Aires en el Sur, que engendra la segregación y el separatismo de las provincias del Río de la Plata, ofrecen un mismo espectáculo de división y caos. Por el contrario, desde el comienzo de su acción el Libertador expresa en sus proclamas y en su correspondencia una idea de unidad latinoamericana.

Consecuentemente con sus éxitos militares, Bolívar comienza a llevar a la práctica sus grandiosos proyectos unificadores. Era una doctrina común en Hispanoamérica, desde los precursores. La Junta de Chile se dirigía en 1810 al gobierno de Buenos Aires planteando la necesidad de establecer un Plan o Congreso para "la defensa general". En Caracas, en abril de 1810, la primera Junta, reclamaba la "obra magna de la confederación de todos los pueblos españoles de América". Juan Egaña, chileno, diseñaba en la primera década revolucionaria un Plan cuyo primer capítulo establecía la formación de "el Gran Estado de la América Meridional de los Reinos de Buenos Aires, Chile y Perú y su nombre será el de Dieta Soberana de Sud América". En el Alto Perú, Castelli, uno de los revolucionarios, propone la formación de una solo familia conformada por toda América del Sur y que se igualaría en poder a las más respetadas o temidas naciones del mundo antiguo.

La primera Junta, encabezada en 1811 por Fulgencio Yegros proponía la Confederación del Paraguay con las demás provincias de América de un mismo origen y principalmente con las que comprendían la demarcación del antiguo Virreynato Todos los Jefes revolucionarios, de un extremo a otro de la Nación latinoamericana, proclamarán su condición de "americanos", pero es Bolívar quien expresa más categóricamente la conciencia nacional común. Bolívar tenía la convicción de que la independencia había sido prematura, precipitada por la invasión napoleónica. Era obvio que la Independencia de las colonias americanas, con su debilidad económica y social podía y debía ser presa de la disolución interior y la dependencia económica de algún gran poder mundial, en este caso, Gran Bretaña
Al darse la derrota de los franceses en Europa, Fernando VII regresa al trono español queriendo ostentar nuevamente el poder sobre las colonias que no están dispuestas negociar su libertad. Se inicia entonces la Reconquista. Pablo Morillo sitia a Cartagena, asciende a Santa Fé, vence a los patriotas y reinstaura el Virreinato en 1816. Vienen la cárcel o el fusilamiento de los líderes granadinos y el exilio de Bolívar en Jamaica. Mientras Santander reorganiza en los llanos de Casanare un nuevo ejército y Páez combate en el Apure, Bolívar obtiene ayuda del régimen independiente de Haití para embarcarse de regreso, pero fracasa. Luego, con apoyo de los ingleses en armas y tropas reinicia la guerra en el Orinoco en 1817, unificando alrededor suyo el mando. Deja a Páez en Venezuela y en compañía de Santander enfrenta a Barreiro, lugarteniente de Morillo, a quien derrota en Boyacá en Agosto de 1819.


http://www.colombia.com/colombia-info/historia-de-colombia/independencia-y-republica/1810-1815/



liberacion total batalla de boyaca

                                               (1819)
La batalla de Boyacá fue la confrontación bélica de la guerra de independencia de América del Sur que garantizó el éxito de la campaña libertadora de Nueva Granada. Tuvo lugar el día 7 de agosto de 1819 en el cruce del río Teatinos, en inmediaciones de Tunja. La batalla se salda con la rendición en masa de la división realista, y fue la culminación de 77 días de campaña iniciada desde Venezuela por el Libertador Simón Bolívar para independizar el Virreinato de Nueva Granada

Antecedentes[editar]

Los ejércitos[editar]

General Simón Bolívarcomandante en Jefe en la batalla de Boyacá
Las tropas republicanas fueron conformadas del siguiente modo:
  • Número de combatientes: 2850
  • Jefe de batalla
General Simón Bolívar.
Las tropas realistas fueron conformadas del siguiente modo:
  • Número de combatientes: 2670 (Infantería 2300; Caballería 350; Artillería 20).
  • Jefe al mando:
  • Jefe del estado mayor: Sebastián Díaz.
  • Vanguardia al mando del coronel Francisco Jiménez.
  • Tercera división del ejército expedicionario de costa firme. La procedencia de los soldados es de tropas americanas en su totalidad, originarias de Venezuela y Colombia (granadinos), excepto el estado mayor que es originario de España.

Desarrollo[editar]

Francisco de Paula Santander. Óleo sobre tela deMartín Tovar y Tovar
Puente de Boyacá. Monumento y puente construido en el lugar de la batalla, reemplazando al puente original.
Monumento a Simón Bolívar, puente de Boyacá, Colombia
El sábado 7 de agosto en la mañana, el ejército realista desde Motavita inició su desplazamiento hacia Santafé de Bogotá. Su objetivo era llegar a la capital para unir sus fuerzas con las del virrey Sámano y organizar un frente militar contra Bolívar y el ejército libertador. Escogieron la vía por el puente de Boyacá en el Camino Real, con dirección a la capital del virreinato. Advertido de este movimiento, Bolívar ordenó la marcha de su ejército, también hacia el puente de Boyacá, dispuesto a tomarlo para impedir a Barreiro su desplazamiento hacia la capital neogranadina.
Las dos fuerzas se encontraron en el campo de Boyacá. El ejército libertador estaba conformado por 2.850 combatientes al mando del general Simón Bolívar. La vanguardia patriota estaba comandada por el general Francisco de Paula Santander y la retaguardia, por el general José Antonio Anzoátegui. El general Carlos Soublette era el jefe del estado mayor.
Las tropas patriotas estaban compuestas por granadinos, venezolanos y algunos grupos extranjeros, como la legión británica. Sus integrantes eran criollos, mestizos, mulatos, zambos, negros e indígenas, generalmente gentes pobres, escasas de alimentos y mal vestidos, considerados por las autoridades realista como insurgentes. El ejército tuvo mucho apoyo popular de los granadinos, y en especial de los campesinos de Tunja.
Por su parte, el ejército realista estaba conformado íntegramente por tropas americanas, unos 2.670 soldados, de los cuales 2.300 eran de infantería, 350 de caballería y 20 de artillería. este pertenecía a la tercera división del Ejército Expedicionario creado en Nueva Granada. Su comandante era el brigadier José María Barreiro; el jefe del estado mayor, el coronel Sebastián Díaz, y la vanguardia estaba al mando del coronel Francisco Jiménez.
Desde el alto de San Lázaro en Tunja, el Libertador y el estado mayor observaron los movimientos del ejército realista. A las 10 de la mañana ordenaron impedir el paso por el puente de Boyacá, en el cual confluyen los dos caminos: el de Samacá, utilizado por los realistas desde Motavita y el Camino Real, utilizado por los patriotas.
A las 2 de la tarde la descubierta del ejército patriota, encomendada al capitán Andrés Ibarra con sus jinetes, descendió del boquerón de El Tobal y llegó hasta la Casa de Teja y sus alrededores, donde se enfrentó a la vanguardia realista que estaba en pleno almuerzo. El general Francisco de Paula Santander inició con la vanguardia el combate, y puso en retroceso a la vanguardia realista hasta el puente de Boyacá, donde estaba fuerte en la orilla opuesta del río Teatinos.
En ese momento llegó al campo de Boyacá el grueso de la división de Barreiro por el camino deSamacá y se enfrentó a la retaguardia patriota comandada por el general José Antonio Anzoátegui. En esos momentos llegó a la Casa de Teja el Libertador Bolívar, quien se ubicó en una colina equidistante entre el puente y la casa. Así dice el coronel Antonio Obando en sus Apuntamientos para la historia: "El general Bolívar con nuestra retaguardia siguió el movimiento de Barreiro y se formó un frente al lado opuesto del río". A las 3 de la tarde la acción militar era intensa en dos combates simultáneos: las dos vanguardias en los alrededores del puente y el grueso de los ejércitos en la planicie hacia el camino de Samacá. Las fuerzas patriotas tenían unidad y facilidad en las comunicaciones; en cambio, las realistas estaban incomunicadas y separadas por el Teatinos y la vanguardia patriota.
Los soldados patriotas presionaron con heroísmo contra las fuerzas de Barreiro. La infantería patriota, con perfecta disciplina y asombrosa actividad militar, hizo un movimiento rápido y envolvente. Por su parte, el coronel Juan José Rondón con sus lanceros de Llano Arriba recibió la orden de atacar por el centro al ejército realista. Los lanceros de Rondón arremetieron con ímpetu a la infantería realista que, incapaz de resistir, retrocedió en desorden. Un escuadrón de la caballería realista huyó por el camino de Samacá sin presentar resistencia. Así mismo, los patriotas aniquilaron al Batallón 2 de Dragones del ejército español.
Mapa del campo de batalla.
Simultáneamente, Santander ordenó a los guías de Casanare, guiados por José María Ruiz, pasar al riachuelo Teatinos para volver por la espalda a la vanguardia realista. Los patriotas treparon por los escarpados lugares llenos de matorrales y se presentaron de improviso para envolver por la espalda a la vanguardia realista comandada por el coronel Francisco Jiménez. Dos escuadrones de realistas se enfrentaron a los llaneros, pero fueron derrotados. El general Santander aprovechó el desconcierto del enemigo para lanzar sobre el puente de Boyacá a los batallones Cazadores y Primero de Línea, comandados por los tenientes coroneles Joaquín París Ricaurte y Antonio Obando. La vanguardia patriota pasó a la orilla derecha del río Teatinos o Boyacá y se tomó el puente, el objetivo del combate.
El general Barreiro se mantuvo a la defensiva. Trató de rehacer su infantería en otra altura, pero la rapidez de las tropas patriotas les cerró el paso, por lo cual la retaguardia realista, cercada por todas partes, decidió rendirse. Así mismo se rindió la vanguardia realista ante la fuerza militar de la patriota, con su comandante Santander, considerado el 'Héroe de Boyacá'. Los jefes españoles y la división realista casi al completo, unos 1.600 soldados de tropa americana, fueron hechos prisioneros.
La batalla terminó a las 4 de la tarde del 7 de agosto de 1819. Apenas murieron más de 100 realistas, entre ellos el coronel Juan Tolrá y el comandante Salazar, y 150 quedaron heridos. De los patriotas murieron 13 soldados, entre ellos el capellán de la vanguardia, fray Ignacio Díaz, y 53 quedaron heridos.
Con este enfrentamiento culminó la Campaña Libertadora de 1819, realizada en su corto período de 77 días, desde el 23 de mayo, cuando Simón Bolívar expuso el plan en la aldea de los Setenta ante los jefes del ejército patriota, siguiendo un itinerario militar desde los llanos de Casanare, la cordillera de los Andes y las tierras de la antigua providencia de Tunja, el cual culminó en el puente de Boyacá.

Hechos posteriores[editar]

En Ventaquemada, ubicada en el camino real a Bogotá, el 8 de agosto el general Carlos Soublette expidió el boletín Nº 4 sobre la batalla de Boyacá. El Libertador dictó el decreto de la Orden de Boyacá para enaltecer a todos los batallones y escuadrones que participaron en la decisiva batalla.
El coronel Barreiro, y otros 37 oficiales españoles que fueron hechos prisioneros el día de la batalla, fueron ejecutados el 11 de octubre de 1819 dentro de la consigna deGuerra a muerte por orden de Francisco de Paula Santander.
El virrey Juan de Sámano fue informado en Bogotá el día 9 de agosto de la derrota realista y pudo escapar a tiempo, huyendo precipitadamente a Cartagena de Indias, donde su autoridad fue desconocida. Navegó hasta Jamaica, apareciendo luego en Panamá, sin mando administrativo ni mando directo de tropas. En esta situación dimitió.
Finalmente, Bolívar llega a Santafé de Bogotá donde entró sin resistencia alguna el día 10 de agosto de 1819 a la 5:00 pm.

Orden de Boyacá[editar]

Bolívar creó la Orden de Boyacá en reconocimiento a todos los combatientes que participaron en dicho acontecimiento histórico. Actualmente el Estado colombiano concede dicho reconocimiento a las personas nacionales o extranjeras que se destacan por su trabajo en bien de la patria.

Consecuencias históricas[editar]

La batalla de Boyacá fue un golpe decisivo para el poder español en la Nueva Granada. A pesar de que los realistas se harían fuertes en otras provincias del virreinato comoSanta Marta (a inicios de 1820 unos dos mil realistas controlaban desde Cartagena de Indias al Bajo Magdalena),8 Popayán y Pasto (estas últimas con el apoyo directo de los ejércitos de Quito y Perú), en donde resistirían varios años.8 Además el mariscal Pablo Morillo contaba aún con doce mil hombres con los que dominaba gran parte de Venezuela y tenía a su favor a Panamá.8 Sin embargo, la capital del virreinato cayó en manos de los patriotas y con ello se abrió el camino para la unión de la Nueva Granada con Venezuela en la República de la Gran Colombia. Con esta sólida base los republicanos iniciaron una serie de ataques para apoderarse de las provincias vecinas: en 1820 cayeron Maracaibo y Santa Marta ante un ejército de ocho mil hombres9 y un año después se ocupó Caracas y se iniciaron las Campañas del Sur.

Leyendas populares[editar]

Monumento dedicado a Pedro Pascasio Martínez y Negro José en inmediaciones al puente de Boyacá.
La leyenda del niño soldado honrado10
Cuenta la leyenda que la mala suerte de Barreiro en tierras americanas quedó sellada esa misma noche de Boyacá cuando un muchacho de 12 años que se encargaba de cuidar los dos caballos del Bolívar, Pedro Pascasio Martínez, acompañado de un soldado llamado Negro José, lo hizo prisionero después de negarse a ser sobornado por las monedas de oro de Barreiro. Por el heroico acto de atrapar al general Barreiro fue ascendido a sargento y se le prometieron 300 pesos.

Véase también[editar]

https://es.wikipedia.org/wiki/Batalla_de_Boyac%C3%A1

la constitucion politica 1886

Constitución de Colombia de 1886

Constitución Política de Colombia de 1886
Constitución política de Colombia de 1886.jpg
Primera página de la Constitución de 1886.
DocumentoTexto constitucional
Creación5 de agosto de 1886
Derogación26 de julio de 1991
IdiomaEspañol
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La Constitución Política de Colombia de 1886 fue la Carta Política Nacional que rigió la vida constitucional de Colombia desde finales del siglo XIX hasta finales del siglo XX cuando fue derogada por la Constitución de 1991. Nació en el marco de la llamadaRegeneración liderada por el presidente Rafael Núñez y Miguel Antonio Caro, de quienes se dice fueron los principales autores de la Constitución.
Esta a su vez derogó la Constitución de 1863. Tuvo dos reformas importantes: la de 1910 después del gobierno progresista del presidente Rafael Reyes y la reforma de 1936 liderada por el presidente Alfonso López Pumarejo que se destacó por su progresismo y políticas favorables para la clase obrera. Otras reformas significativas se dieron en los años 190519541957,19581968 y 1984. La Constitución fue proclamada el 5 de agosto de 1886; abolió el federalismo, creó un Estado unitario, administrador en lo social y económico, sumamente confesional al considerar como religión oficial la Católica, dividió el poder en tres ramas (legislativa, ejecutiva y judicial), estableció el periodo presidencial en seis años y creó los departamentos como forma administrativa territorial nacional.

Historia[editar]

Colombia tuvo muchos años de guerra y disputa entre los dos partidos predominantes: el liberal y el conservador, esto sumado a una constitución de Rionegro que promulgaba estados independientes que llegaban a tener más poder que el gobierno central de Colombia. Los Estados Unidos de Colombia como se llamaba el país en aquella época, en 25 años de estar promulgada vio pasar más de 50 guerras civiles[cita requerida].
En 1991 fue reemplazada por una nueva constitución política con el propósito fundamental de ampliar la participación ciudadana y fortalecer la democracia.

Rafael Núñez, la Lucha Conservadora y Miguel Antonio[editar]

Luego de subir por segunda vez al poder y aunque en un conflicto muy fuerte entre los dos partidos, se logra poder instaurar las bases de lo que sería la constitución que más tiempo ha durado vigente en Colombia.
Núñez fue claro promotor de la constitución y con la ayuda del escritor y político conservador Miguel Antonio Caro, hijo de José Eusebio Caro, fundador del partido conservador, llegan a instaurar las bases con las cuales se le devolverían los derechos a la Iglesia Católica en el país, y a su vez se trataría de disipar el conflicto entre los dos partidos.

Principales puntos[editar]

  • Se le devolvió el poder a la iglesia católica, otorgándole un régimen especial fiscal (exención de impuestos) y el control de la educación en Colombia. La iglesia delineaba el currículum académico y elegía el colegio de profesores.
  • Desinstaló el aparato administrativo Federal que funcionaba hasta el momento a favor de una política de mando central.
  • Unificó las fuerzas armadas de cada departamento en un gran ejército nacional.
  • Prohibió el divorcio.
  • Impuso el himno que se conserva hasta el día de hoy.
  • Se cambio el nombre a República de Colombia.

Consecuencias[editar]

  • Censura por parte de la Iglesia a profesores y empleados públicos partidarios del secularismo. (Separación del Gobierno y la Iglesia en fines politicos).
  • Censura a literatura y arte de corte liberal en los colegios del país.
  • Exilio a Ecuador y Venezuela de profesionales y empleados públicos liberales debido al comienzo de una persecución política apoyada por la Iglesia.
  • Ventajas económicas restauradas a Industriales Colombianos.
  • Descontento entre los gremios de comerciantes por el desmantelamiento del libre comercio.
  • Adopción del patrón oro.
  • La guerra civil colombiana de 1895 y la Guerra de los Mil Días.https://es.wikipedia.org/wiki/Constituci%C3%B3n_de_Colombia_de_1886